Esperando contra toda esperanza

"¡Olvídese de la Argentina!", se sintió obligado a decirle el Padre Sterpi a Don Orione en momentos de grandes angustias y necesidades en Italia.

Pero ya era tarde.

El santo Fundador acababa de desembarcar por primera vez en Buenos Aires, el 13 de noviembre de 1921.

Luis Orione era consciente de la situación en la Congregación: «son pasos que los míos en Italia no comprenden».

Y confiado en la Divina Providencia, avanzó en su misión de ampliar los horizontes del bien y de la caridad en tierras latinoamericanas.

Don Orione está en un momento crucial de su vida y su obra. La Divina Providencia lo impulsa a dar nuevos pasos, pero ello implica enormes desafíos. Este libro narra los inicios de la misión orionita en Latinoamérica.