promo_banner

Реклама

Читать книгу: «Hechizo De Amor»

Шрифт:

Hechizo de Amor
Los Dragones de las Montanas Humeantes Libro Uno
Kristen Strassel
Traducido por Katrin Vilela

Todos los derechos reservados.

Este es una obra de ficción. El parecido con cualquier persona viva o muerta es pura coincidencia. Este e-book es certificado solo para tu deleite personal. Este e-book no puede ser revendido o regalado a otras personas. Si te gustaría compartir este libro con otra persona, por favor hazlo utilizando la función de “prestarlo a otros” que tenga tu distribuidor. Si estas leyendo este libro y no lo compraste, o no fue comprado para ti entonces por favor regrésalo y compra tu copia del libro. Gracias por respetar el trabajo duro de esta autora. Para obtener permiso de extraer fragmentos de este texto, por favor contáctate con la autora al correo electrónico kristen@kristenstrassel.com

Copyright 2021 Hechizo de amor, (Los Dragones de las Montañas Humeantes, #1)

Índice

Sin título

Capítulo Uno

Capítulo Dos

Capítulo Tres

Capítulo Cuatro

Capítulo Cinco

Capítulo Seis

Capítulo Siete

Capítulo Ocho

Capítulo Nueve

Capítulo Diez

Capítulo Once

Capítulo Doce

Capítulo Trece

Capítulo Catorce

Capítulo Quince

Capítulo Dieciséis

Capítulo Diecisiete

Capítulo Dieciocho

Capítulo Diecinueve

Hechizo del solsticio de verano

Otras Obras de Kristen Strassel

Hechizo de amor

Un dragón que se encuentra atrapado en su forma humana. Una hechicera en ciernes con un blog muy picante. Y un hechizo de amor lanzado hace décadas que podría llegar a funcionar después de todo.

Sophie Whynot no puede mirar a otro de sus amigos casarse o tener un bebé cuando sus propias posibilidades en el amor son tan críticas. Olvida eso, son catastróficas. Este viaje al pueblo de las Montañas Humeantes para quedarse con su abuela y así poder empezar de nuevo es absolutamente necesario. Es una oportunidad de hacer despegar su blog y aprender más sobre la magia que su abuela práctica. Una oportunidad para conocerse a sí misma como en realidad es.

Tyson Drake sabe exactamente quien es él y lo que le fue robado cuando la abuela de Sophie lanzó un hechizo de amor sobre su trueno de dragones hace más de medio siglo. El hechizo se suponía que lo ayudaría a encontrar a su compañera destinada, pero en su lugar, lo condenó a caminar por la tierra como un humano y sin una compañera a la vista. Nada de lo que él ha intentado para recuperar su fuego ha funcionado.

Pero cuando sus sentimientos por Sophie se intensifican, ¿estará dispuesto a darle otra oportunidad a una hechicera Whynot, o su magia será su fin?

Capítulo Uno

Sophie

No era extraño para mí el hacer cosas horribles, pero esto era bajo incluso para mis estándares. Mi abuela acaba de literalmente atraparme con mis bragas por mis tobillos y con un gran consolador de color rosa vibrando en mi mano cuando ella golpeó a la puerta de mi habitación. El que yo sea solo una invitada en su casa y que esta sea técnicamente la puerta de su cuarto de invitados, es la menor de mis preocupaciones.

Ella frunció el ceño cuando me atrapó tratando de cubrir mis partes íntimas con las sábanas de la cama. Eso fue tan mortificante.

“¿Estás bien?” me preguntó.

“Excelente” ¡Rayos! El vibrador aún estaba zumbando como un cepillo dental eléctrico. Lo empujé debajo de la manta y le di la mejor sonrisa que podía conjurar dadas las circunstancias.

Este paso en falso fue solo por negocios y nada fue para mi propio placer. Para rehacer mi vida yo me vine a vivir con mi abuela y una gran parte de mi plan es crear un blog acerca de juguetes sexuales. Mi sueño es más grande que eso, mi plan es poder darles a mis hermanas que siempre tienen problemas en sus relaciones un foro para hablar de sus problemas y, por supuesto, quiero que todas se sientan satisfechas ya sea si están solteras o si encuentran a esa mítica creatura que se hace llamar, su alma gemela.

Y un blog acerca de juguetes sexuales es una carrera totalmente práctica. Yo no viviré en la casa de mi abuela para siempre ya que quiero construir una carrera a la que no tenga que renunciar si me voy de Summerland, Tennessee. Sin embargo, algunas veces la idea de ser una nómada digital también suena atractiva.

Mi abuela no es el tipo de persona que me juzgaría, así que decidí que es la hora de contarle acerca de mis planes. Pero preferiría tener los pantalones puestos antes de hacerlo.

Ella ocultó una carcajada cuando arreglé las mantas de tal forma que pudiera acallar el sonido del consolador. “Vine a preguntarte si te gustaría venir conmigo a visitar unas ventas de garaje. Porque desde que la señora de la televisión les dijo a todos que el deshacerse de cosas viejas les traería felicidad, he estado asistiendo a este tipo de ventas y he encontrado excelentes cosas a buen precio. Talvez podamos encontrar algo interesante para cuando te mudes a tu nuevo departamento y no es que te esté botando, por supuesto, es solo para que veas si algo te gusta.”

Cuando me vine a vivir aquí yo vendí todo lo que tenía. Lo que sucedió para llegar a eso no fue exactamente un ataque nervioso y definitivamente no fue una crisis de la mediana edad. Es solo que el día del baby shower de mi mejor amiga me di cuenta de que estaba cansada de ser siempre la única soltera, la que obviamente no tenía su vida arreglada como todos los demás que incluso la tenían envuelta como un regalo, con moño encima y todo. Yo sabía que no quería ser como una de esas tristes solteronas de las películas de comedia, aquellas en las que la heroína tenía la vida resuelta y la abandonan para encontrar una nueva vida.

Entonces decidí ser una de esas personas que se deshacen de todo aquello que no las hace feliz y me dirigí a la casa de la abuela para reorganizar mi vida.

“Me encantaría ir a ver algunas ventas de garaje.” Me senté y arreglé mi cabello. De hecho, la abuela me había venido a buscar en el momento correcto, justo antes de que siquiera hubiera empezado. Si el juguete hubiera cumplido con su propósito con mi abuela al otro lado de la puerta, yo nunca tendría la valentía de mirarla a los ojos de nuevo. El camino para seguir mi nueva carrera requiere que yo tenga mi propio espacio.

La abuela me esperó ansiosamente al otro lado de la puerta agarrando con fuerza su cartera, algo que es normal en ella. Summerland es un lindo y pequeño pueblo que siempre gana premios como el mejor lugar para vivir en las Montañas Humeantes, pero ella siempre agarra su bolso de esa manera como si estuviera pasando a lado de una fila de prisioneros. Y lo que me atrajo aquí no fueron las buenas cualidades del pueblo, sino que vine porque la casa de mi abuela es mística. Según los rumores, la abuela era una hechicera. Mi mamá siempre acalla cualquier tipo de preguntas sobre el pasado de la abuela. Todo lo que sé es que lo que sea que ella lleve en esa cartera, era mucho más poderoso que el dinero.

Era algo mágico. Y yo quiero saber todo sobre él.

La abuela no dijo nada sobre el incidente, que es lo que planeo llamarle de ahora en adelante, hasta que llegamos al carro. “Yo me estaba preguntando si podía preguntar qué es lo que estabas haciendo…”

“No, por favor.” Y mirando por la ventana me pregunté cuanto dolería el lanzarse de un auto en movimiento.

“No dejaré el tema tan fácilmente, Sophie Rae.” Ella se rio. Sí abuela, esto es histérico. ¿Qué daño hace un pequeño roce? “Yo no te estoy juzgando. La Diosa sabe que he experimentado mucho…”

“Abuela,” Me quejé mientras tenía la mano lista en la manija de la puerta en caso de que ella siguiera con el tema. Okey, es tiempo de que le cuente sobre mis planes. “Estoy escribiendo un blog sobre juguetes sexuales.”

“¿En serio?” Ella pisó el freno tan duro que nos hizo rebotar en nuestros asientos. “Eso es increíble, cariño. Es muy importante que la gente disfrute lo que ama y lo que los hace felices.”

“Yo quiero un espacio que sea seguro para todas las mujeres, donde puedan investigar y encontrar todo aquello que gusten.” Aunque mi abuela era la mejor de todo el mundo, yo podía sentir como mis mejillas se sonrojaban. Había creado un seudónimo cuando creé el sitio, pero ya es tiempo de que me acostumbré a hablar de todo lo relacionado al sexo si es que iba a vivir de ello.

“Si quieres puedo darte algunas sugerencias.” Ella se rio cuando la mire con la boca abierta. “¿Qué? ¿Crees que no sé cómo usar una de esas cosas? Tu generación no las inventó y podré ser vieja, pero definitivamente no estoy muerta.”

“Ahora esta es mi realidad.” Yo comenté mientras me bajaba del auto, más para mí misma que para ella.

Ella se acercó por mi costado mientras nos dirigíamos a la venta de garaje y me dijo “Te aconsejo que consigas uno de esos que se enchufan. Esas cosas te llevarán a la luna.”

Luego de eso decidí que tenía que alejarme de la abuela por un momento.

La venta de garaje estaba totalmente llena. En esas listas donde se mencionaba las mejores cosas que debías visitar siempre mencionaban la posibilidad de encontrar un real diamante en bruto en este tipo de lugares, especialmente donde se venden las joyas, y hay excelentes cosas aquí. Discos clásicos de vinilo, obras de arte que eran demasiado buenas como para ser vendidas en una venta de garaje y nosotras llegamos lo suficientemente temprano como para poder elegir algunas piezas de una gran selección de bisutería de mediados de siglo.

Mientras miraba a la colección me di cuenta de que quien sea que fuera el dueño de esas cosas, las había tenido por mucho tiempo y la parte romántica que habitaba en mi interior se entristeció al pensar que ahora esa persona se veía en la necesidad de venderlas.

Yo elegí un hermoso broche con forma de dragón respirando fuego que estaba representado con un conjunto de piedras preciosas. Quien sea que esté vendiendo esto espero que esté satisfecho de saber que al menos este pequeño broche irá a un hogar amoroso.

“Mira a este pequeño” le dije a mi abuela, pero no estoy segura de que me haya escuchado. Después del incidente era muy probable que ella no quisiera mirar a nada que pudiera ser referido como ‘pequeño’.

La abuela tenía toda su atención fija en una caja de oro que no era muy grande pero que era lo suficientemente pesada como para tener que sostenerla con ambas manos. La caja tenía incrustadas unas piedras preciosas que no podían ser reales porque era demasiado bonita como para que la encontraras en este tipo de ventas.

Parecía que quien sea que estuviera vendiendo estas cosas estaba lo suficientemente desesperado como para deshacerse de ellas o alguien había cometido un error.

“Es bonito” añadí, pero nada. Ella no me estaba escuchando.

“¿Cuál es el precio por esa caja?” Preguntó un hombre que tenía una voz tan suave como el whisky. Una voz que me hizo vibrar por dentro, como cuando una idea se formaba en mi mente que me llevaría a una de mis tantas malas decisiones. “Pagaré el doble.”

“Olvídalo, reptil.” Mi abuela le hizo una seña para que se fuera. Ella nunca le hablaba así a nadie. “La caja me pertenece. Vuelve con tu tesoro.”

Cuando termináramos de recorrer todos los puestos de la venta de garaje hoy, me encargaría de llevar a la abuela a una revisión de ojos. El hombre que le había preguntado por la caja era simplemente hermoso, con su largo y oscuro cabello, una apretada camiseta que no dejaba nada a la imaginación y jeans envejecidos de tanto uso. Él parecía como si hubiera hecho el giro equivocado de camino a Nashville y había terminado en el patio delantero de algún desconocido.

“Haré que valga la pena, Nora.” Su sonrisa estaba dirigida a mi abuela. Solo ella podía ser capaz de llamar la atención de un hombre tan hermoso como él.

Yo salté como si me hubiera cogido electricidad. El pequeño dragón se me cayó de las manos en la mesa y por fin había logrado captar la atención del hombre. La electricidad que sentía venía de él, yo estaba segura de eso y era como si nos estuviera atrayendo hacia el otro. Demonios, con esos ojos que él tiene, yo no puedo mirar a otro lado. Los ojos de él eran verdes como peridotos y definitivamente más impresionantes que cualquier gema en esa caja que él quería quitarle a mi abuela.

Mi abuela me agarró del brazo y fue como si se rompiera un cristal. “Recoge tu broche. Vayamos a ver si Jerry desea hacer un trato por estos objetos.”

Miré por encima de mi hombro mientras la abuela me arrastraba hacia donde estaba el dueño de la casa. Jerry, quien probablemente ya se había dado cuenta del terrible error que cometió al poner en venta esa preciosa caja. Mi abuela armaría un escándalo si él decidía no vendérsela.

Sin embargo, el hombre alto y moreno como un trago de whisky no se movió; era como si fuera una obra de arte más que estaba a la venta.

“¿Qué puedes ofrecernos Jerry? Mi nieta quiere este broche y yo estoy dispuesta a hacer una oferta justa por esta caja, si es que estas buscando hacer algo de dinero esta tarde.”

Jerry miró a la abuela sospechosamente. “Tu no quieres esa caja, Nora.”

Lo sabía.

“¿Estas confabulando con ese lagarto supercrecido?” ella espetó. La abuela sabía lo que le gustaba apenas lo veía, pero estaba siendo demasiado posesiva sobre esa caja. “Te doy veinte dólares por ambas.”

Veinte dólares. Jerry apretó los labios y yo articulé con mi boca un lo siento.

“Tomaré el dinero, pero has sido advertida.”

“No hay tal cosa como mala suerte, solo malas intenciones.” Ella murmuró mientras le entregaba el dinero. Se dio la vuelta y movió la cabeza indicándome que la siguiera. En lo que a mi abuela concernía, esta venta de garaje había terminado.

Yo no tenía idea de que acababa de pasar y seguí a la abuela de vuelta al carro, pasamos a lado del hermoso hombre al que ella se refirió como un reptil y quien aún se encontraba atónito parado junto a la mesa de joyería.

La abuela quemó los neumáticos al salir del parqueadero.

“¿Quieres explicarme que fue todo eso?” le pregunté.

Ella carraspeó. “Yo quería esa caja. No iba a dejar que el aliento de lagarto regateara por ella.”

“Dudo mucho que ese tipo tenga aliento de lagarto. Él era…” ¿Cómo podría decir absolutamente hermoso sin hacer que mi abuela se molestará, ya que era obvio que a ella no le agradaba? “Él parecía como que olía realmente bien.”

No hay ninguna duda del porqué aún me encontraba soltera.

Ella soltó un largo suspiro. “Sí, es muy bien parecido, pero necesitas olvidarte de él.”

¿Olvidarme de él? ¿De esos ojos? ¿De esa voz? Eso no iba a pasar pronto. Yo tenía una caja llena de juguetes sexuales esperando a que los pruebe y estaba tan necesitada de ese tipo de inspiración.

“Es obvio que ustedes ya se han conocido.” Le di a la abuela la oportunidad para llenar los enormes agujeros en blanco en esta historia, pero ella solo apretó los labios. “Sería mucho más fácil mantener este resentimiento contigo si tuviera alguna explicación de cómo te hizo daño.”

“Mientras más tiempo pases en Summerland te darás cuenta de que no todo es lo que parece.” La abuela piso repentinamente el freno de nuevo porque un carro salió de un parqueo como si fuéramos invisibles. “Eso estuvo cerca.”

“Ellos ni siquiera miraron.” Mi corazón latía desbocadamente. “Si es algo relacionado con la magia, me encantaría que me lo explicaras. Estoy aquí para aprender. Mi mamá no responde a ninguna de mis preguntas sobre el tema.”

“Es verdad que tu madre no me puso las cosas fáciles.” Nosotras no hablábamos regularmente acerca de mi mamá por esta razón. Ella era lo opuesto a la abuela; donde a mi abuela le encanta lo extraordinario, mi mamá se refugia en lo ordinario. “Yo te puedo enseñar todo lo que necesitas saber en un solo día.”

“Estas hablándome en clave.” Yo rezongué gimiendo. “Si no me dices, asumiré que tuviste una tórrida aventura con ese hombre y la razón por la que quieres que me aleje de él es porque él era malo en la cama.”

La abuela se rio. “Piensa lo que tú quieras, Sophie. Yo accedí a enseñarte magia, pero lo haré en mis propios términos. La magia necesita el tipo de energía apropiada para prosperar. El odio y la intimidación la sofocarán como una vela apagada.”

“Lo siento.” Le dije. Su reticencia por contarme sobre este tipo solo hizo que mi curiosidad aumentara.

Ella estacionó en el camino de entrada de la casa, apagó el motor y puso su mano encima de la mía. Ella no parecía tener setenta y cinco años. Yo había heredado eso de ella y es que cuando a mis amigas les llamaban señoras, a mí aún me pedían mi documento de identidad cuando compraba licor. “No quise insinuar que estas siendo irrespetuosa. Considera lo que sucedió como la lección de hoy y olvídate de ese hombre.”

“Está bien acerca de lo primero.” Me acerqué y le di un beso en la mejilla. “¿Pero acerca de lo segundo? Eso será imposible.”

Capítulo Dos

Tyson

Nora Whynot es la peor hechicera del mundo que aún sigue trabajando por ser la única hechicera en Summerland que provee servicios profesionales. Su magia tiene más cortocircuitos que una tarjeta de memoria quemada y debí haberme ido cuando la vi recorriendo las mesas en la venta de garaje.

En serio debí irme, pero fuerzas superiores a la vieja bruja me mantuvieron ahí y me distrajeron de mi objetivo. Ahora tengo que decirle al resto de mi clan que Nora Whynot nos venció una vez más.

“¿Dónde está la caja?” me preguntó Chance, mi hermano. Técnicamente él es el mayor y según Chance es algo importante, pero para mí no son más que tonterías. En nuestra forma humana, los cinco últimos miembros de mi clan tomaron la forma de hombre en sus treintas; la edad perfecta donde podemos ser confiados en el ámbito profesional, sin embargo, la gente se empieza a preguntar porque no tenemos pareja.

Ha pasado tanto desde que ninguno de nosotros ha cambiado a su forma de dragón que apenas si puedo recordar cómo nos veíamos y Nora Whynot es la causa por la que hemos estado atascados como humanos los últimos cincuenta años.

Ahora ella tiene la reliquia que podía haber terminado el hechizo o maldición, como la hemos llamado en las últimas décadas.

“Maldita sea, espero que con solo tocar a ese hijo de puta sea suficiente para hacerte cambiar de forma” Mi primo, Jax, sacudió su cabeza. “Estoy esperando poder ver una pequeña tormenta de fuego sobre Summerland esta noche.”

“¿Se parece en algo a las fotos en los álbumes?” Tanner es nuestro historiador, el que se aferra a las tradiciones y quien posee más magia que el resto de nosotros, pero no la suficiente como para hacerlo cambiar de forma. “¿Mi visión era correcta? Si lo era, no puedo creer que hubiera sido Jerry, entre todos, quien tuviera un objeto tan sagrado en su sótano. Solo un humano puede tener lo que necesitábamos debajo de nuestras narices. ¿Qué más está escondiendo ese tipo?”

Ni siquiera Rafe, quien ve el lado negativo de todo, pudo decir nada. Él ya se había levantado a abrir el armario de cristal donde guardábamos nuestros libros de hechizos más antiguos. Ellos nunca consideraron que volvería sin la reliquia.

“Hay una caja y se ve exactamente como en las fotos de nuestros álbumes.” Ácido quemó mi lengua de solo pensar en lo que diría a continuación. “Pero ahora se encuentra en la posesión de Nora Whynot.”

“Demonios.” Rafe azotó la puerta del armario tan fuerte que se tambaleó con todo y sus invaluables contenidos. “¿Cómo es posible que esa maldita bruja arruinara las cosas esta vez?”

“Ella estaba con su nieta”

“Si, lo sabemos, ella es hermosa.” Jax se quejó. El clan mantenía una mirada cautelosa en Nora, por si acaso se le ocurría lanzar más hechizos fallidos. Así que, cuando ella consiguió una compañera de casa, que se parecía tanto a ella cuando realizó el hechizo hace tantos años, nosotros lo notamos. “Ella tiene el tipo de curvas más peligrosas, aquellas que te hacen pensar que no tienes que bajar la velocidad, pero si no prestas atención te estrellarán contra un muro de ladrillos. Exactamente como lo hizo hoy contigo, ¿y si ella está trabajando con Nora para mantenernos alejados de esa caja?”

“Ella tiene poderes.” Ni siquiera sé su nombre, pero anhelo la forma en que hizo que la electricidad danzara por mi piel. “La cuestión es que no creo que ella tenga conciencia de eso aún.”

“Bien, entonces ella puede contrarrestar la maldición y finalmente podremos cambiar” sonrió Tanner. “Si no conseguiste la caja dime ¿pudiste conseguir su modelo al menos?”

“Aún no.” Pero planeo hacerlo.

“Así que fuiste distraído por la pequeña bruja. Repíteme de nuevo ¿cómo es que Nora tiene la caja y tú no?” me preguntó Rafe.

No me queda más que decirles. “Porque creo que Nora me lanzó otro hechizo.” Y no me decepcionaron cuando empezaron a quejarse.

Hace cincuenta años, cuando el clan del Trueno de las Montañas Rocosas perdió a sus últimos dragones nosotros nos convertimos en el último clan en toda Norteamérica con solo cinco miembros. Nosotros nacimos con el único propósito de proteger a las montañas, pero sin parejas pronto empezamos a perder nuestra fuerza y le pedimos ayuda a Nora.

Esperábamos que ella pudiera atraer a más dragonas con las que pudiéramos emparejarnos, talvez vendrían de otros clanes o talvez algunas que fueron abandonadas y olvidadas en las estribaciones de la enorme cordillera de los Apalaches ya que nosotros protegimos la zona sur por un tiempo. Alguien que fuera demasiado débil para sentir por nuestros propios medios podría estar allá afuera, buscándonos como nosotros a ellos.

No somos seres inmortales, no exactamente, pero podemos vivir miles de años y no queríamos ser la última generación de nuestra especie ya que las montañas nos necesitan con toda nuestra gloria y poderío mágico. Nora prometió que podría lanzar un hechizo que atraería a nuestras compañeras destinadas hacia nosotros, a cambio solo pedía un gran trozo de cuarzo de nuestro tesoro.

La decisión de hacer el trato no fue unánime y Rafe aún insiste, después de todos estos años, que le dimos demasiado poder. Él estaba convencido de que era por eso que el hechizo había terminado tan mal y hemos estado atrapados en nuestra forma humana desde entonces.

“¿Qué es lo que se dice cuando no hubo ningún daño?” Chance negó con la cabeza, pero no tuvo que decirlo, yo sabía que lo había jodido. “Demonios, alguien necesita pintar la puerta de su tienda de tarot con esas palabras. Cuando los últimos cinco dragones en Norteamérica mueran, nadie lo notara porque hemos sido humanos por mucho tiempo. Ellos probablemente crean que ya estamos muertos.”

Ese es un pensamiento mortificante porque es probablemente la verdad, y es que después de pasar tanto tiempo como humano apenas si puedo llamarme un dragón. La verdad es que a pesar de que Summerland sea un pueblo seguro, estaríamos jodidos si algo serio llegara a suceder. Nuestros antiguos poderes son una memoria lejana y ninguna amenaza.

“Perdimos por hoy, pero obtendremos esa caja y nos prepararemos para pelear.” Hoy les fallé, pero conseguiré esa caja a como sea porque sin ella no sé lo que pueda suceder.

“¿Pelear por qué?” gruñó Rafe. “No existen más dragones en Norteamérica que nosotros y ya nos queda poco del oro que queramos vender. ¿Qué pasará cuando tengamos que vender nuestra tierra?”

“Nadie está buscando comprar una cordillera.” Me burlé.

Hizo un gran gesto con la mano señalando hacia afuera. “Hay casas apareciendo por todos lados en las montañas. No falta mucho para que un arquitecto o un visionario nos haga una oferta que no podamos rechazar. Si no podemos cambiar no tendremos ninguna protección.”

Rodando sus ojos Jax dijo. “Vaya manera de escribir nuestros obituarios, Rafe, por favor no me digas como termina. Prefiero tirarme en el medio de la autopista y dejar que un camión me pase por encima antes que pensar que jamás poder cambiar de forma de nuevo.”

“La caja debe tener el código para romper el hechizo, eso es lo que dice el texto antiguo.” Aparte de conocer cada maldita cosa sobre ser un dragón, Tanner era el que siempre nos recordaba porque hacíamos lo que hacíamos. Si Chance era la mente maestra entonces Tanner era el ejecutor de los planes.

Yo siempre estuve orgulloso de ser su soldado, soy bueno peleando después de todo, pero cuando quedamos atrapados por el hechizo fallido tuvimos que acatarnos a las reglas humanas. Pero no más.

“Tenemos todo por lo que luchar, nuestros futuros, nuestras parejas.”

Rafe se burló. “Tu cabeza aún está en las nubes si sigues esperando por esa compañera destinada.”

“Quítale esa caja a Nora” Chance gruño. “Haz lo que tengas que hacer, seduce a la nieta si es necesario. No necesitas de ningún hechizo de amor ya que es tu única esperanza de salvar tu trasero.”


La orden que Chance me dio no es la única razón por la que no he parado de pensar en la nieta de Nora Whynot desde la venta de garaje. Cada vez que cierro mis ojos, ella está ahí más hermosa que antes con sus rizos color caramelo, ojos azules y esos labios tan llenos de color rosa. Mi hermano tampoco bromeaba cuando dijo que tiene curvas peligrosas que causan pequeñas corrientes eléctricas corriendo por mi piel. Yo he visto a esta mujer en mis sueños durante años y mi mente me estaba jugando una mala pasada.

No es posible que recién se haya activado un hechizo lanzado hace cincuenta años atrás. La vieja bruja definitivamente bloqueó mi magia.

Es eso o esta mujer, la nieta de Nora Whynot, es mi pareja destinada.

Su electricidad se había quedado conmigo desde ese día de la venta de garaje, como una mayor conciencia sobre ella.

Como lujuria.

Yo he estado con muchas mujeres, he disfrutado de sus cuerpos y de su compañía, más nunca he pensado en ellas de nuevo cuando hemos separado nuestros caminos. Sin embargo, mi magia no era lo suficientemente poderosa como para hacer que me olvide de esta mujer.

Y es que un hombre humano jamás estaría a su altura. Él se habría puesto en ridículo con tal de estar en su presencia y no hay ninguna garantía de que yo no haría lo mismo.

Ese sentimiento solo creció cuando puse un pie en el pueblo y cuando vi la tienda de lectura de cartas del tarot de Nora en el centro, consideré por un momento la idea de humillarme lo suficiente como para ir a tocar a su puerta.

Durante años, después del hechizo fallido, nuestro clan maldijo a esta mujer. No puedo ir a pedirle ayudar o preguntarle acerca de su nieta.

No lo haría, ni aunque ella pudiera ayudarme a obtener la reliquia. Ella es la única que ha hecho fuego circular por mis venas de una manera que no había sido posible desde que me encontraba en mi forma de dragón, pero ni siquiera por eso lo debería hacer.

Si estuviera usando la mitad de mi cerebro me mantendría lo más lejos que pudiera de la nieta de Nora Whynot.

Sin embargo, esa misma mitad estaba dispuesta a apostarlo todo por la posibilidad de que mi clan pudiera romper esta maldición y yo tendría que hacer cosas que nunca antes había hecho. Como arriesgarme y actuar solo por fe de la que es pura y ciega.

La vibración de esa electricidad se intensificó. Me paré frente a la tienda de tarot, pero no venía de ahí, sino que de la Cafetería de Summerland que tenía una corriente tan fuerte que, por un momento, pensé que la ventana estaba a punto de romperse.

Y allí estaba ella, en todo su esplendor con ese bronceado increíble, se encontraba sentada en la ventana con su mano enrollada alrededor de una taza, sonriendo debido a lo que veía en su computadora portátil. Al ver su rostro de felicidad me pregunté a qué se dedicaría porque fuera lo que fuese, era obvio que le daba una gran alegría.

Yo quería saber todo sobre ella.

Summerland solo tenía una cafetería y siempre estaba llena, por lo que había un cartel en el mostrador que le pedía a los clientes que compartieran mesas si es que decidían quedarse a trabajar. Esa era la excusa perfecta.

Mientras me acercaba a su mesa, se me ocurrió que tal vez todo lo que el hechizo necesitaba era tiempo.

Ella jadeó cuando me vio parado frente a ella.

“No sé si te acuerdas de mí.” No sabía si había podido pensar en algo más desde la última vez que la vi, porque puedo asegurar con toda certeza que yo no lo había hecho.

“Por supuesto que sí.” Un rubor subió a sus mejillas y a mi dragón le gustó mucho eso. Había pasado mucho tiempo desde la última vez que mi dragón había tenido una opinión sobre algo. Era obvio que esta mujer tenía más que magia, ella tenía un fuego ardiendo en su interior.

Jamás me había sentido así, esto no era solo por el hechizo. Ella era mi alma gemela, nunca había estado más seguro de nada en mis mil años de vida en este planeta.

“¿Hay alguien sentado aquí?” Yo le pregunté.

“No, toma asiento. Por favor.” Ella se apresuró a despejar el espacio en la mesa para mí, y casi derriba su taza. “Esperaba poder verte de nuevo.”

, dijo mi dragón. El hechizo también la había afectado. “Me hubiera gustado haber tenido la oportunidad de hablar contigo en la venta de garaje.”

“Nunca creí que a tipos como tú les gustaran ese tipo de cosas. No es que te esté juzgando, ni nada parecido.” Ella se rio entre dientes y luego se inclinó hacia adelante. “¿Puedo hacerte una pregunta extraña?”

La manzana no había caído muy lejos del árbol con esta chica. Ella se parecía tanto a Nora cuando tenía la misma edad, con los mismos ojos azules brillantes, mejillas redondas y nariz respingona.

399
419,39 ₽
Возрастное ограничение:
0+
Дата выхода на Литрес:
18 мая 2021
Объем:
171 стр. 3 иллюстрации
ISBN:
9788835423959
Переводчик:
Правообладатель:
Tektime S.r.l.s.
Формат скачивания:
epub, fb2, fb3, ios.epub, mobi, pdf, txt, zip