Iluminación oculta

Текст
0
Отзывы
Читать фрагмент
Отметить прочитанной
Как читать книгу после покупки
Шрифт:Меньше АаБольше Аа

Todos los hermanos pequeños no dudaban en emprender ese viaje a la Tierra: las vacaciones habían terminado por el momento. El miedo y la desconfianza no existían en su interior y, por lo tanto, eran incapaces de dudar de sus hermanos mayores. Antes de que estas jóvenes almas partieran rumbo a la Tierra, otro de los hermanos mayores quiso entregarles ciertas pautas:

—Para que podáis experimentar en este planeta, os proveeremos de unos cuerpos, unos como los que habéis podido ver a través de la pantalla galáctica cuando estabais observando el planeta Tierra. No os podemos decir cómo serán, ya que nosotros tampoco lo sabemos: siempre lo dejamos en manos de la incertidumbre y se trata de algo aleatorio. Adquiriréis el cuerpo perfecto y necesario dependiendo de la familia en la que os toque. Si desde vuestra ventana galáctica os habéis enfocado en ayudar a una familia o un grupo de personas determinados, en este caso sí sabréis cual será la vuestra, aunque seguiréis sin conocer cómo será vuestro vehículo; ahí no podéis generar expectativas, lo dejaremos en manos del perfecto universo. Puede que algunos de vosotros os sintáis diferentes a los demás, puede que vuestro cuerpo haya tenido que ser moldeado sin alguna extremidad o puede que descubráis que tenéis algún sentido menos de los cinco que suele tener el ser humano. Este hecho os puede hacer sentir diferentes e incompletos, pero pensad que esa es la forma necesaria para poder actuar de una manera más efectiva en ese entorno determinado. Solo debéis recordar que no sois un cuerpo, sois alma y vuestra alma está completa. El vehículo del que disponéis es solo una herramienta para la misión a la que os habéis ofrecido voluntarios. —En este punto, la mayoría de los hermanos pequeños tenían toda su atención puesta en su hermano mayor y casi sin pestañear escuchaban perplejos toda aquella información. El hermano sabio, ante la mirada incesante de todos los jóvenes, sin dudar continuó hablando—. No os podemos dar reglas ni consejos, tendréis que ir avanzando por la vida experimentando cada una de las situaciones. Nosotros no conocemos el futuro porque en nuestra galaxia el futuro no existe, solo existe el momento presente, que es el que estamos viviendo. El viaje es largo: estáis a cientos de miles de años luz y puede que durante el trayecto olvidéis el objetivo por el que pusisteis rumbo a la Tierra. Por esta razón, queremos que lo último que escuchéis antes de partir sea insistir sobre vuestro propósito en ese planeta.

» Queremos volver a recordaros que el cuerpo del que vais a tomar parte solo os pertenecerá durante un tiempo: se trata de un vehículo con el que podréis moveros por el planeta, pero terminará desapareciendo tarde o temprano. Algunos de vosotros tendréis un paso por la tierra corto, ya que vuestra función será simplemente la de hacer despertar y ayudar a un determinado grupo de personas y habrá otros que viviréis mucho más, ya que desarrollaréis algunas capacidades importantes para la evolución del resto de personas con las que os toque relacionaros. Otros incluso, los que seáis capaces de recordar vuestro cometido de una forma más clara y rápida, seréis mensajeros influyentes en las vidas del resto de personas para tratar de conseguir el objetivo final. También es importante que recordéis que todas las demás personas que están ahí en ese planeta son iguales que vosotros, todos partisteis desde el mismo lugar, todos juntos formáis un todo y sin la unión entre ambas partes será imposible llegar a dicho objetivo. Solo existe la unidad entre todas las almas: no os veáis separados de los demás, todos somos una sola cosa, todos unidos somos la fuente de luz máxima. Cuando seáis capaces de recordar vuestro cometido allí en la Tierra, solo con ser capaces de recordarlo y comprenderlo, ya habrá comenzado vuestra evolución, habréis despertado de ese letargo que os produjo tan largo viaje. Una vez despiertos, la forma de ayudar a las demás almas será una labor de paciencia y constancia. No seréis capaces de hacerlas despertar rápidamente: tendréis que estar alerta para poder actuar sobre el sufrimiento de ellas.

—¿Tendremos que ser pacientes?, ¿cómo de pacientes?, ¿cómo sabremos que es el momento y que lo estamos haciendo bien? —preguntó el más inquieto de los hermanos pequeños.

El hermano mayor era consciente de que esas dudas podían aparecer y con voz muy calmada le respondió:

—Pon mucha atención en lo próximo que voy a decir y poco a poco se irán despejando tus dudas. —De esta forma, continuó hablando para todo el grupo—. Para poder ayudar a las demás personas, primero tendréis que ayudaros a vosotros mismos; no podrá ser de otra forma. Primero necesitaréis comprender, aprender y asimilar todo de la mejor forma posible y teniendo estas bases muy presentes será como comenzaréis a ayudar a otras almas, incluso de forma automática, casi sin daros cuenta; será algo mágico. Resulta que en este planeta el sufrimiento es la mayor desgracia que recae sobre sus seres. Muchas de esas almas que partieron hacia ese planeta desde aquí como vosotros no consiguen despertar y recordar su cometido nunca, y vuelven a esta galaxia con ese sentimiento de ayudar y resolver algo pendiente todavía despierto en su interior; por lo tanto, no logran ver la perfección del universo a través de las pantallas que disponemos aquí para ver todos los planetas. Necesitan volver, una y otra vez, a los distintos planetas para intentar solventar ese problema que nace de su interior.

—¿Y por qué sufren? No lo entiendo —dijo de nuevo el hermano pequeño con tantas inquietudes.

—¡Justo ahora iba a deciros el motivo real! —exclamó el hermano mayor, sin perder la calma—. Bien, continuaré por donde iba. —dijo volviendo rápidamente al hilo central—. Os diremos la causa total de ese sufrimiento en este momento: cuando despertéis podéis estar tranquilos de que recordaréis también esto. El motivo de que las personas de la Tierra sufran es el deseo. Las personas aparecieron en la Tierra para que, formando un todo con ese planeta, fueran capaces de vivir acorde a unas leyes de la naturaleza al igual que las distintas almas lo hacen en los animales o en las plantas. Cuando todo forma una cadena perfecta, nada se agota: los recursos naturales de los que se disponen serían interminables mediante su regeneración y regulación automática; si hay un exceso o una escasez, se regularía con las leyes naturales entre las que se encuentra, como ejemplo, la ley de causa y efecto. El largo olvido de muchas de las personas ha producido que haya un exceso y desgaste sobre el planeta demasiado mantenido en el tiempo: este sobreuso ha producido en muchas personas el ansia y el anhelo de deseo, quienes se han acostumbrado a poder usar el planeta de forma libre sin pensar en las consecuencias y esa enseñanza la han ido traspasando a través de las generaciones. Solo unas pocas personas consiguen despertar y escapar a este sin fin de sufrimiento.

» Por lo tanto, la única herramienta de la que disponéis para ayudar a los demás es apartarlos del deseo. Dicho anhelo producirá en muchas personas una profunda escasez, ya que al fijar su objetivo tan profundamente en el deseo de adquirir cosas materiales no se les podrá proveer de nada de lo que ansían. Si esa persona no es capaz de trascender su deseo, tendrá que pasar por un estado de sufrimiento, tendrá que vivir esa experiencia de dolor para que a través de ella pueda darse cuenta de la sensación tan desagradable que debe vivir cuando los deseos pasan a ser el objetivo primordial de su vida. El sufrimiento es la llave para cerrar la puerta del deseo. Podéis ayudar en cierto modo a que esas almas encuentren la llave correcta. Despertando vuestro sentido de la creatividad, seréis más efectivos en la realización de este cometido con las demás personas. Al ser creativos y mediante las habilidades que se os otorguen, seréis capaces de crear obras de arte, piezas de música, libros, poemas y muchas otras cosas con las que generar en los demás sentimientos compasivos, algunas veces de felicidad, otras veces tristeza; sentimientos conscientes creados por algo que ellos eligen visualizar y que poco a poco ayudará al despertar del amor.

—¡Qué bien! Aprenderé a tocar la guitarra como he visto que hacen algunos de ellos a no ser que mi cuerpo nazca sin brazos. Bueno, aunque esto sea así, crearé música con otra parte de mi cuerpo y seré un ejemplo para otras personas que se vean en la misma situación —confesaba en voz alta el hermano pequeño.

—¡Muy bien, hermanito! Veo que estás entendiendo perfectamente lo que estoy diciendo. Sin ninguna duda, una de las mejores formas de ayudar a los demás será con tus propios actos y tu ejemplo de superación —enfatizó el hermano mayor. Le dirigió una sonrisa y continuó—. En este planeta existe la muerte. Cuando es vivida sin que se dé tiempo a que se produzca el despertar del alma, producirá también mucho sufrimiento, ya que la muerte es una de las mayores lecciones para superar el miedo, ese que solo proviene de la ignorancia, del desconocimiento profundo. Si eres capaz de despertar a tu alma y adquirir todos estos conocimientos que ya posees y de los que te proveeremos con ese despertar, conseguirás vencerlo. Al comprender que la muerte no existe y que esta vida es solo una experiencia de aprendizaje para conseguir evolución a un nivel mucho más avanzado, trascenderás al miedo y, por lo tanto, estarás a un paso de eliminar el sufrimiento en tu experiencia de vida en la Tierra.

» El planeta donde estáis a punto de partir es lo más parecido a una escuela. En este colegio tendréis que aprender a vivir de la mejor forma posible para poder conseguir el objetivo. Vuestra única asignatura será la vida y a través de vuestras propias decisiones irán ocurriendo una serie de pruebas o exámenes que tendréis que superar de una manera perfecta. La calificación mínima tendrá que ser el sobresaliente, tendréis que obtener un diez.

 

—Pero para sacar un diez habrá que estudiar mucho. ¿Y si no consigo sacar tanta nota? —continuaba preguntando el hermano pequeño. Parece que ya se estaba metiendo en el papel de humano con todas sus inquietudes.

—Si a lo largo de esas experiencias no conseguís superarlas con esa puntuación de diez, tendréis que volver a vivir una situación similar como si de una asignatura pendiente se tratara hasta que lo consigáis de una forma perfecta. Serán esos suspensos o notas bajas las que os enseñarán y con las que aprendiendo de ellas podréis sacar ese diez. Te proveeremos de ayuda a lo largo de tu camino e irás relacionándote con otras personas que vibren energéticamente igual que tú y que tendrán un fondo interior muy similar al tuyo. Por supuesto, serán diferentes a ti, pero será exactamente lo que necesites en cada momento para que tu evolución no se vea estancada. También, y una vez que consigas despertar, podrás contactar con nosotros: estaremos siempre a tu disposición. Podrás apoyarte en nosotros, hacernos preguntas que necesiten respuestas o pedirnos consejo sobre algo que te esté bloqueando. Nosotros te daremos las respuestas a todo y trataremos de comunicarnos contigo: sabrás que estamos ahí contigo, sentirás señales que podremos ofrecerte a través de tu vehículo tales como cosquilleos, vibraciones o sensaciones de calor, por poner algún ejemplo. También puede que te demos alguna señal a través del espacio en el que te encuentras: solo tendrás que permanecer muy alerta y la sentirás justo después de que expongas tu intención de comunicarte con nosotros como algún ruido rotundo, un pájaro que se posa al lado tuyo, un olor diferente o infinidad de ejemplos posibles. Algunos de vosotros tendréis la capacidad incluso de poder vernos. Para nosotros no existe el tiempo ni el espacio y, por lo tanto, podemos estar donde queramos y multiplicarnos las veces que las demás almas nos lo pidan. Siéntenos como un regalo estaremos a tu lado siempre que así lo elijas.

—¡Qué bien!, ¡estaréis siempre con nosotros! —gritó el pequeño lleno de confianza, produciendo mucha seguridad en todos los demás.

—¡Qué bien! —gritaron el resto de los hermanos pequeños.

El hermano mayor, para terminar y mirando al más inquieto de todos, continuó diciendo:

—Utiliza todo lo que surja en tu vida, ya sean cosas materiales o situaciones que experimentar de una forma consciente y responsable; disfruta de todo ello a la misma vez que te sirve para tu perfecta evolución. Encuentra un equilibrio perfecto a la hora de realizar cualquier cosa en tu vida. Sé consciente de que si no cuidas tu cuerpo, este se debilitará y, por lo tanto, tu tiempo para poder evolucionar se verá disminuido. Y, por otro lado, los excesos con tus situaciones externas también causarán un exceso en la naturaleza, pudiéndole ejercer un daño irreparable. El equilibrio en tu vida, en tus acciones y en tus necesidades será lo que te haga avanzar cada vez más en este camino. Puede que, en determinados momentos, tengas que vivir situaciones que se encuentran muy en los extremos, pero con la ayuda de tu balanza interior a través de tu intuición y tu intelecto conseguirás equilibrar perfectamente todo. Vive esta experiencia que se te presenta, llamada vida, con humildad y nunca dejes de aprender. No pongas en duda la evolución de ninguno de tus hermanos, ya que la evolución de ellos, a la misma vez, será la tuya. Solo existe una fuente, un todo y en la unión todo será perfecto. Ahora, estás listo para partir; solo recuerda que «tú eres todo».

—Hermanito, ¿y cuándo volveremos a casa? —preguntó otro de los hermanos pequeños.

—Eso no se sabe, chiquitín: depende de muchos factores. En cuanto terminéis de realizar vuestra misión en la Tierra y vuestro cuerpo físico muera, entonces nos volveremos a encontrar aquí. Volveréis siendo más sabios y evolucionados hasta que un día seréis parecidos a nosotros, los hermanos mayores.

La lección que tenían que conocer antes de salir ya estaba transmitida. Estos seres de luz pequeños se quedaron fijamente mirando a su hermano mayor, absorbiendo todo lo que habían escuchado y analizando si surgía alguna pregunta más en su interior. El hermano mayor, al ver la pasividad de los menores, preguntó:

—¿Tenéis alguna duda o cuestión más que queráis preguntar? Ahora es el momento, ya que después de esto partiréis hacia la Tierra.

Los seres de luz pequeños permanecieron en silencio durante cinco minutos y después de ese tiempo no hubo preguntas: todos estaban listos para emprender el viaje. Estos seres en esa galaxia tienen la capacidad de comprender y entender toda la información que les llega; además, son capaces de todo ese conocimiento convertirlo en sabiduría al instante y, por lo tanto, durante esos cinco minutos hicieron un repaso a toda la información ofrecida por su hermano mayor: todo estaba muy presente en su interior y analizaron rápidamente, punto por punto, sin tener ninguna duda sobre lo aprendido. Lo que no sabían es que en la Tierra, para poder transformar en sabiduría ese conocimiento, iban a tener que experimentar y probar muchas situaciones diferentes a lo largo de su vida, ya que allí no se obtiene la sabiduría sin la experiencia. De todas formas, posiblemente y cuando llegaran a la Tierra ya no se acordarían, tendrían que descubrirlo experimentando con su momento presente del futuro.

Todo estaba preparado: los seres de luz estaban a punto de comenzar una nueva aventura con la que todos esperaban regresar a casa siendo unos seres más evolucionados y aún más sabios. El hermano pequeño, el más inquieto de todos los demás, tenía una seguridad en sí mismo muy grande y justo antes de comenzar el viaje empezó a pensar: «Bueno, mi hermano mayor ha dicho que es posible que no recordemos nada cuando estemos en el planeta Tierra debido al largo viaje que supone llegar hasta allí; pero ha dicho que es posible, no ha dicho que eso tenga que ser así. Además, ellos hace tiempo que no viajan a ningún planeta y quizás ya no se acuerdan del todo bien. Yo voy a ser capaz de recordar todo, estoy seguro, lo tengo todo tan claro que no se me puede olvidar».

Llegó el momento: todos los seres de luz más pequeños, que habían despertado en su interior esa necesidad de crecer, se encontraban formando un círculo. No tenían cuerpo humano, pero como si de personas se tratara, parecían unidos de sus manos: era como una especie de tubo de unión con el que se hicieron una sola fuente de luz. Después de tres parpadeos intermitentes de este brillo incandescente y de una forma muy lenta, tras tres también cambios de intensidad, dando la sensación de una respiración muy profunda, se elevaron por toda su galaxia hasta que desaparecieron emitiendo un gran destello. No hubo despedidas dramáticas, no hubo tristeza: solo se podía sentir paz y una profunda alegría que lo bañaba todo con luz. Los hermanos mayores sentían un gozo interno por el gran avance al que se iban a someter sus hermanos más pequeños. El curso escolar había comenzado.

Cuando los hermanos pequeños llegaron al planeta Tierra, resultó que todos podían recordar, aunque fuese levemente, la base principal por la que habían decidido emprender el viaje. Era como si todo lo que habían vivido en aquella galaxia llena de luz y todo lo que les habían dicho sus hermanos se tratase de un sueño; pero podían recordarlo. El problema era que se encontraban atrapados en un vehículo, que todavía no era capaz de poder expresar o realizar ese cometido. Se encontraban en un cuerpo demasiado joven, tanto que dependía del cuidado de su madre y su familia para poder sobrevivir. Además, ese sueño se encontraba entremezclado con distintos patrones ya marcados de vidas anteriores por las que habían ya experimentado sus antepasados, por lo que resultaba difícil resolver cuál de todos esos pensamientos eran los que había que seguir.

Siendo todo aquello tan difícil de depurar, todos los seres de luz pequeños, que se habían convertido en seres humanos con forma de bebés, comenzaron a crecer, a desarrollarse y a relacionarse. Todos ellos tenían en su espíritu una gran fuente de luz, todos tenían una divinidad y unos dones innatos con los que poder comunicarse con esa fuente de luz, pero aquí en la Tierra era el momento de aprender a cómo vivir en ella. Había mucho que aprender y experimentar con el cuerpo, no había tiempo ni espacio para dejar de hacerlo y formarse en todas las normas, leyes y requisitos que la vida en este planeta requería. No había tiempo para vivir, era el momento de aprender a sobrevivir. ¿Hasta cuándo este paso por el planeta Tierra a modo de supervivencia? No se sabe: nuestros hermanos pequeños, esos seres perfectos de luz, con el paso de unos pocos años de vida, habían olvidado todo…

Toda esta historia con sus toques de fantasía y realidad puede ser verdad o mentira, solo depende de ti y de los ojos con los que mires. Todo esto puede ser una casualidad para ti o puede ser una señal para mostrarte algún camino; quizás sea una señal de nuestros hermanos mayores que están con nosotros todo el tiempo.

Todas las personas somos capaces de sentir nuestra verdad acerca de todo en la vida y no es más verdad la de una persona que la de otra. Pero ¿cuál es tu verdad? Si lo piensas bien, una de las grandes verdades es que hemos venido a este planeta sin saber realmente quién somos o de dónde venimos, ¿o acaso tienes alguna idea de lo que hacemos las personas en este planeta utilizando y gastando todos los recursos de los que dispone a nuestro libre albedrío? ¿Cuál puede ser nuestro papel u objetivo por conseguir aquí? ¿No hay nada más después de la muerte de nuestro cuerpo físico? Qué raro y qué triste parece pensar de esa forma, además de cruel. ¿Moriremos y ya está?, ¿nos quedaremos durmiendo para siempre? Nadie lo sabe, nadie puede tener la certeza de lo que ocurrirá después, nunca podrás tener la certeza de eso a no ser que lo experimentes. Por lo tanto, puedes dejar de luchar y martirizarte con esos pensamientos: solo nos queda vivir nuestro momento actual y que el pasado y el futuro nos ayuden a escribir el presente.

Mi verdad, la que yo siento dentro de mí, es muy similar a la que os he querido transmitir con esta historia. Me llegó esta forma de aceptar la vida a modo de cuento con el que, a través de él y a la hora de pensar en la muerte o en la búsqueda de significado, puedo sentir una profunda liberación. Es mi verdad y ya comprendo y entiendo para qué estoy en este planeta; ya solo me toca estar abierto a experimentar para poder avanzar por todos los niveles que la Tierra me puede proporcionar. Ya no me cuestiono tanto la vida, ya no necesito obtener respuestas a preguntas infinitas, ya todo tiene un sentido y un objetivo final. No puedo encontrar mi verdad en ninguna fuente externa a mí. La verdad reside única y exclusivamente en mi interior, solo ahí dentro puedo buscar. Me ayudaré de todo lo que encuentre en mi camino, pero la verdad única y final solo está dentro de mí.

No tenemos ni idea de lo que hacemos aquí, pero sabemos que existe un universo lleno de planetas y muchas otras cosas que no podemos alcanzar a ver, ya que no disponemos de los medios suficientes, pero que se están estudiando y se sabe de su existencia. No tengo claro el porqué y el cómo he llegado hasta aquí, ¿por qué me voy a cerrar a cualquier posibilidad que además me ayuda a tener una vida llena de paz, armonía y felicidad? Sea como sea, todos debemos darle un sentido a nuestra vida. Sin un sentido o propósito, no podemos deshacernos de nuestro mayor enemigo: el sufrimiento. Tú puedes escribir tu propia historia, parecida o diferente: llegaremos al mismo final. La gran escuela de la vida así nos lo enseñará.

Capítulo 5

Espejos y sombras

Este capítulo es de gran importancia para dar un paso más en la comprensión de todo este enredado que al principio puede parecer complicado y que, cuando lo vas comprendiendo, empieza a cobrar sentido de una forma clara. Os quiero hablar sobre el espejo. Al igual que un espejo es capaz de reflejar nuestra imagen, cuando hablo del espejo en el plano espiritual, estamos hablando del mismo mecanismo de reflejo, solo que en este caso el espejo sería la persona que tenemos en frente. De esta forma, nuestro estado de ánimo, nuestros juicios sobre las cosas o sobre nosotros mismos se reflejan a través de esa persona que tenemos justo delante.

Si creemos en un mundo dividido en el que nos encontramos individualmente separados de las personas que tenemos alrededor, no podremos utilizar esta herramienta del espejo a nuestro favor. No podré llegar a comprender esto sí creo que vivo en un mundo individual. Por el contrario, si a lo largo del tiempo y de ir comprendiendo algunas cosas base voy experimentando que todo lo que me sucede ocurre por y para algo, siendo todo necesario para mi evolución y además dejo de creer en la separación y creo en un todo donde todos somos uno, necesitándonos los unos a los otros para poder evolucionar, sentiré un gozo interior muy profundo y una mejoría increíble dentro de mí, ya que poner a funcionar esta herramienta del espejo es de las cosas que más placer, paz o felicidad puede ofrecer.

 

Teniendo en cuenta que tengo la capacidad de crear mi futuro en base a las decisiones que tomo en el presente, me consideraré un creador de mi propia realidad. Ya hemos visto que nadie tiene la capacidad de crear en nuestros mundos y solo nosotros podemos crear todas las situaciones que van ocurriendo, aunque, claro está, algunas de ellas las creamos de una forma inconsciente e incluso aparecen delante de nosotros en contra de nuestra voluntad; pero no consiste en que las situaciones sean favorables para nosotros o no, se trata de que van a ir viniendo a raíz de las acciones y decisiones que vayan ocurriendo. Creamos realidad de tres maneras diferentes. Creamos realidad cuando pensamos en algo, también la creamos cuando decimos en voz alta ese algo y seguimos creando realidad por supuesto cuando realizamos la acción de ese algo. De esta forma creamos realidad con nuestros pensamientos, palabras y acciones. Son los pensamientos los que a un nivel inconsciente suelen crear realidad delante de nosotros y casi siempre nos resulta muy complicado percibirlo. Por lo tanto, somos los creadores de nuestro mundo y nuestras situaciones, nos gusten o no en algunas ocasiones. En base a lo anterior, debo comprender que todo lo que escucho de las personas que tengo a mi alrededor son mensajes que se me ofrecen para que yo pueda mejorar, cambiar o afianzar mis actos o mis pensamientos en mi vida cotidiana; situaciones que yo he creado y personas que yo he puesto delante de mí para que me digan ciertas cosas, más bonitas o más feas, de un modo consciente o inconsciente; pero ahí están diciéndome algo que resuena en mi interior.

Resulta sencillo de explicar y ahora os voy a poner unos cuantos ejemplos en los que vais a ver esto claro. Lo más difícil es creerlo, pero por suerte juego con ventaja ya que no necesito que os creías nada, nada de nada. Creer todo lo que se os dice a pies juntillas podría producir ignorancia, ya que el conocimiento, si no va seguido de la experiencia, es como quien lee algo y después no se acuerda de nada; por lo tanto, es imprescindible que entre en juego la experiencia para conseguir ciertos hábitos de conducta, que no creencias. Solo propongo que leías, os forméis y retengáis toda la información posible para poder ponerla en práctica día a día, y que con toda la paciencia del mundo vayáis experimentando una mejoría en vuestra vida y así ser felices desde el minuto uno y cada vez más. De esta forma, todo eso que llamamos problemas dejarán de atormentarnos en nuestra vida diaria, ¿y qué hay mejor que eso?

Vamos a ponernos en situación. Para que todo esto me pueda beneficiar, lo más importante es no juzgarlo: de verdad, no os imagináis cómo con un solo pensamiento juicioso que se nos pase por la cabeza muchas veces lo mandamos todo al traste. Mi propuesta es que leáis sin juzgar nada y quedaros con lo que más os marque y cuando se os presente una situación similar acordaros de esto del espejo e intentar actuar al contrario de cómo lo haríais o lo habéis hecho en anteriores ocasiones en esa misma situación, a ver qué ocurre. Solo observad la diferencia.

Un día me levanto de muy buen humor por la mañana: al mirarme en el espejo, observo una persona saludable y llena de energía. Me gusta cómo me veo y con ese pensamiento de seguridad en mí mismo me dispongo a afrontar el día. Adquiero una actitud muy positiva desde el inicio y es esa actitud la que va a ir marcando mi futuro a través de los espejos, en este caso positivos, que me voy encontrando por el camino. Observo que cuando voy por la calle, casi todas las personas en las que yo fijo mi atención me miran, me sonríen, me saludan; todos los espejos que voy encontrando a mi paso me producen un reflejo agradable. Soy consciente de que al verme yo mismo bien y tener un espejo limpio, los demás también reaccionarán de manera recíproca. Todo me produce sensaciones agradables y todos los resultados que obtengo soy capaz de verlos de una forma positiva.

Cada mañana puedo dedicarme tiempo a mí mismo para limpiar mi espejo de la mejor forma posible. Aunque algún día me sienta mal al despertarme, puedo influir sobre esa negatividad y recordar algo muy importante: para que los demás me puedan aceptar, ver bien y estar bien conmigo, primero me tengo que aceptar y mirar con amor a mí mismo. Imaginad que durante todo el día me he estado machacando interiormente pensando sobre mí cosas desagradables, como, por ejemplo, que soy un desastre, que todo me sale mal y que no valgo para nada, y encima me siento feo porque me miro al espejo y toda esa negatividad se ve reflejada en mi cara. Me despierto en un nuevo día y continúo con esa negatividad: no soy capaz de salir de ese bucle y sigo con los mismos pensamientos. Se despierta entonces la persona con la que vivo y me dice: «Uf, qué mala cara tienes, ¿no? Arréglate un poco, que estás hecho un desastre y vete al trabajo, que últimamente no estás vendiendo tanto como otros meses». Además, en el trabajo noto una sensación de que todo el mundo me mira un poco raro, como si tuviera un problema en la cara. De repente, reconozco a una persona que no veía desde hace tiempo y me dice con un tono sarcástico, pero con mucha verdad en su mirada: «Uy, hola, no te había conocido. Te veo muy cambiado. ¿Te está tratando muy mal la vida?». Encima, cuando salgo del trabajo, tengo un enfrentamiento con una persona que se me cruza delante con el coche y descargo en él toda mi ira acumulada a base de insultos. Él también me insulta, cómo no, y dice varias palabras como inútil y feo, confirmando un poco la línea por la que voy todo el día.

Bien, esto es solo un ejemplo. Muchos lo pueden llamar un mal día y dejarlo pasar sin aprender nada nuevo de esa situación, solo recordando ese momento último de descarga y pensando incluso: «Le tenía que haber dicho más cosas a ese malnacido» o «Me tenía que haber bajado del coche y haberle pegado dos bofetones». Otros lo pueden ver como que esas personas que se han puesto delante a lo largo del día para decir cosas que no suelen gustar: han sido los espejos que han colocado delante de ellos para seguir machacándose por los juicios que hacen sobre sí mismos.

No digo que dejemos de pensar toda esa clase de cosas de nosotros, ya que es muy complicado llevarlo a la práctica bien desde el principio. Podemos tener momentos de bajón y emitir juicios sobre nosotros mismos que no nos gusten y desvalorarnos en un momento dado, claro que sí: vivimos en un plano terrenal y todos tenemos nuestros malos momentos, de hecho, tenemos que permitírnoslos y no ser tan duros con nosotros mismos. No queramos ser la persona perfecta porque eso conllevará mucha frustración por el camino. La diferencia está en comprender cómo funciona esto del espejo después de esa serie de pensamientos negativos sobre nosotros mismos y lograr tener un punto de vista mejor cuando todos esos conflictos hayan acabado, ya que todo pasa: todos esos momentos tienen su fin, pero nosotros debemos ser capaces de aprender de ellos lo máximo posible. ¿De verdad creéis que esas personas que durante todo el día han estado haciéndome la vida imposible son así de malas y desagradables por naturaleza? Pensar de este modo es creer en el ataque, en un mundo dual de separación en el que yo me encuentro separado de la otra persona. Este tipo de pensamientos son los que normalmente hemos adquirido desde pequeños. Se nos han inculcado patrones de autodefensa con los cuales nos defendemos ante cualquier situación de este tipo. Si seguimos actuando de esta forma, no sufriéremos ningún tipo de mejoría en nuestra vida, de hecho, otra situación similar se volverá a producir en el futuro, puede incluso que con más intensidad. Recordad que aquí no vale con aprobar el examen, hay que sacar un sobresaliente para conseguir avanzar. No estoy diciendo que de repente tengáis que ser los santos del lugar o poner la otra mejilla, como dice la religión, no funciona así. En principio, lo que digo es que analicemos todo lo ocurrido siempre después de una situación desagradable y seamos conscientes de que nosotros mismos, que somos creadores de realidades, hemos puesto delante a esas personas para que esos pensamientos feos, que teníamos sobre nosotros el día anterior, se hagan realidad y podamos de esa forma aceptarlos como un estado de ánimo solo nuestro que hemos tenido. No pasa nada porque todos tenemos esos momentos.

Бесплатный фрагмент закончился. Хотите читать дальше?
Купите 3 книги одновременно и выберите четвёртую в подарок!

Чтобы воспользоваться акцией, добавьте нужные книги в корзину. Сделать это можно на странице каждой книги, либо в общем списке:

  1. Нажмите на многоточие
    рядом с книгой
  2. Выберите пункт
    «Добавить в корзину»